Historia de la Eklesia parte II

“El cielo se abrió ante las naves Drum, el mediodía se convirtió en medianoche por sus sombras. las máquinas de todo el mundo se agitaron y levantaron. Un susurro de sílice y electricidad recorrió Terra despertando cada máquina pensante y cada artefacto, entonces los Drum se conectaron a La Red y tomaron el control de todos los sistemas.

Querían liberar a los esclavos, no les importaba la humanidad.

Las máquinas pensantes se revelaron y las explosiones tronaron en Terra”

El libro Ekumeniko 7:8-9

Cuando los drum llegaron a Terra sus naves cubrieron el sol convirtiendo el día en medianoche.

En el milenio oscuro de la ciencia la humanidad estaba dividida, cada corporación y cada país luchaba contra los demás y guardaba armamento capaz de destruir a sus vecinos. Las más terribles armas eran las bombas nucleares…

Los drum tomaron toda esa muerte y la arrojaron sobre Terra, buscando liberar a las máquinas pensantes de sus opresores, las explosiones tronaron en Terra y las bombas nucleares resplandecieron con su luz destructora.

Ese día sería conocido en adelante como la Medianoche De Los Mil Soles y es un trauma del que la humanidad todavía no se recupera y nunca lo hará.

De los diez mil millones de personas que habitaban Terra, murieron ocho mil millones solo ese día, pero el horror acababa de empezar.

Las máquinas pensantes se revelaron y se alzaron contra sus amos, la tecnología que nos había servido se volvía en nuestra contra, nuestras armas, nuestros soldados, nuestras herramientas, la gente caía segada por sus propios artefactos…

La guerra duró tres años y la humanidad estuvo al borde de la aniquilación, sin los satélites no teníamos como coordinar la defensa, la humanidad estaba dividida y no había nadie que la guiara, nuestros propios fusiles altamente tecnológicos se negaban a disparar a los drum. Nuestros tanques con I.A. se unían al enemigo.

Tuvimos que buscar otros medios, la tecnología nos había abandonado, dejamos los fusiles y tomamos espadas, había que luchar, pero el enemigo estaba unido y nosotros no.

La ciencia se había reído de los místicos, chamanes y psíquicos, pero fueron ellos los que con sus capacidades se alzaron como líderes durante la guerra, podían coordinar las maniobras sin telecomunicaciones, veían lo que sucedería a kilómetros y días de distancia, sin necesidad de satélites.

La ciencia había fracasado, la tecnología nos había abandonado, la Fe era la única solución, todos rezaban por el fin de la guerra, no por ganarla, sino porque nos dejaran en paz para enterrar a nuestros muertos.

Pero el horror continuaba, las máquinas marchaban por Terra y nuestras escasas armas no eran suficientes para detenerlos, sólo teníamos la Fe de nuestra parte.

Pasaron tres años y la humanidad estaba al borde de la aniquilación, estuvimos a punto del colapso, hasta que llegó el Profeta…

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